[Stoyteller] Crónicas de IcDaira, parte 2

Holiiii!!!! Siento mucho no haber publicado nada la semana pasada, pero es que estuve toda la semana en la Tenerife Lan Party, o TLP, así que no he podido hacer nada. Pero bueno, hoy ya por fin os traigo la segunda parte de Crónicas de IcDaira, la cual es más corta que la anterior, pero que le voy a hacer. Bueno, aquí os la dejo. Además, decir de nuevo que esto ya lo había publicado anteriormente en un blog anterior, y lo digo por si acaso me vayan a venir con que le estoy copiando y eso.




Irina

Había empezado a vivir una doble vida. En mi mundo, vivía como siempre, salvo cuando intentaba hacer que Elizabeth aprendiera a aparecer en otro sitio cuando volvía despertar en la otra dimensión, por que a diferencia de mi, ella solo podía aparecer y desaparecer en el mismo sitio en el que se durmió, y solo si se esforzaba mucho. En la otra dimensión vivía en el “El País”, que, al parecer, era como habían bautizado los lugareños al lugar donde vivían, mientras salía de aventuras con mis nuevos amigos. Además, nos habíamos hecho amigos de Rhina, que era como se llamaba la Reina Oscura. No es tan mala como parece. Se abrió camino hasta al trono con muerte y destrucción, pero después de eso, “El país” mejoró. Antes estaba gobernado por un malvado brujo que ponía impuestos estratosféricos, y que esclavizó al pueblo, pero Rhina se ocupó de quitar todo eso. Y la gente, al final se lo agradeció. Rhina me enseñó a usar mis poderes. Al parecer, la chica que nos había amenazado fue Rhina, que se camufló, por decirlo de alguna manera. Me enseñó que en esa dimensión,sólo existían unos pocos brujos y brujas, y que en mi dimensión, aún menos, por lo que se suponía que yo era especial. También me enseñó que todas las brujas tenían un color propio, y que por eso habían tan pocas, el suyo era el negro, y el mío el violeta. La vez vimos a Rhina por primera vez, cuando se disfrazó primero de Lili, había utilizado parte de mi magia para poder crear magia violeta y camuflarse. También había empezado a salir oficialmente con Alex, y Robin y Lili no paraban de coquetear “disimuladamente”. Alicia siempre se quejaba de que era la única sola y que la estábamos marginando, así que cuando iba yo sola a practicar magia con Rhina, la llevaba a ella también, pero se cansó de vernos y ahora es la canguro de Daira, la hija de Rhina, a la que yo había salvado.


Alicia

Desde que llegaron Irina y Lili, las cosas son más divertida. Al principio me aburría un poco porque, entre los dos tortolitos, Irina y Alexander, y los otros dos, Robin y Elizabeth, que les siguen los pasos, me quedé un poco marginada. Sin embargo, como nos hicimos muy amigos de la Reina Oscura, Rhina, e Irina va a entrenar magia con ella, ha empezado a llevarme con ella. Ahora soy la canguro de Daira, la hija de Rhina, que es solo un bebé. Me paso muchas horas con Daira en su habitación de juegos, en la que pasaba el tiempo cuando su madre ejercía sus deberes como reina. Es grande, con las paredes amarillo pastel y algunos muebles blancos. Y todo lleno de juguetes. Ahora estoy con los demás en la sala del trono. Hoy habíamos venido todos a visitar Rhina, y yo estoy sentada en el suelo con Daria en brazos. De repente, delante de las puertas aparece un humo rojo muy raro, y se materializa un hombre muy viejo con una túnica roja y negra. Era la descripción exacta del que era el antiguo rey de “El País”, al que Rhina había derrocado. Me levanté y corrí hasta un lado de el trono, para proteger a Daira.
-¿Qué queréis Galván?-pregunta Rhina levantándose de su trono.- Entra en la habitación con Daira-me susurra al levantarse. Yo corro a su habitación ella en brazos, la dejo en su cuna y miro por la rendija que dejé abierta de la puerta de la habitación.
-Que ¿Qué quiero?-pregunta burlón -Quiero el trono. Pero para eso necesito tu poder.
Irina se pone a un lado de Rhina y las manos se le iluminan de color violeta, y las de Rhina de negro. Robin y Alex se miran y se apartan, sabiendo que no pueden hacer nada en este momento.
Galván se acerca a las chicas paso a paso y sus manos también se iluminan de su color, rojo.


Irina

Galván empezó a acercarse a nosotras, y cuando llegó a la mitad de la habitación soltó una honda expansiva de poder rojo. Rhina y yo cojimos fuerzas y lanzamos dos bolas de fuego de nuestros colores que destruyó la honda en mil pedazos antes de que nos llegara a nosotras o a nuestros amigos. Volví a atacar con fuego y él lo esquiva justo hacia el lugar en el que Rhina había lanzado una lluvia de dagas de poder que se desvanecieron cuando el mago pasó la mano y apareció un escudo.
-¿Es eso todo lo que tenéis para mi?- pregunta el muy bastardo.
Yo enfurezco y noto el poder recorriéndome. Creo un arco de poder y unas flechas. Cargo una mientras Rhina se lanza contra el mago con una espada de poder y él le corresponde también con una espada de poder, aunque más pequeña. Yo apunto la flecha hacia el mago y suelto. La flecha le da en un hombro pero ni siquiera reacciona. Yo me acerco corriendo y creo un puño enorme entorno a mi propio puño y cuando Rhina salta hacia atrás para esquivar una estocada de Galván, y estampo mi puño en… su cuerpo, en general, pues es de su tamaño. Sale despedido hacia un lado de la habitación. Su cuerpo de repente se envuelve en llamas rojas. Rhina y yo retrocedemos.
-Ya me he cansado de jugar-dice cabreado. De repente crea un mano enorme que se alarga hasta donde esta Rhina, la agarra y la arrastra hasta donde está Galván.
-¡No!-grito. Corro hacia ellos, pero el muy bastardo me sonríe y desaparece en una nube roja.
-Daira-susurra Rhina antes de desaparecer.
-¡NO!-repito. Me estoy descontrolando. Desde que mi magia salió a luz, me pasa lagunas veces, si me cabreo mucho. Oigo pasos y noto a Alex abrazandome.
-Tranquilizate-me dice al oído. Yo me calmo y me suelto de su abrazo. Camino hasta la puerta y miró hacia el cielo y me quedo petrificada.


Alicia

Todo había terminado. Cogí en brazos de nuevo a Daira y corrí con los demás, que estaban afuera embobados, mirando el cielo. Y cuando salí me quedé igual. El cielo hasta donde se divisaba el horizonte estaba cubierto por unas nubes rojas que se hacían más intensas cuanto más cerca de una lejana montaña estaban. En esa montaña, de una cueva salía una luz rojiza muy extraña.
-Deben de estar allí-digo. De repente, la gente del pueblo, que estaban en la parte de abajo de la las escaleras, y que lo habían oído todo, entran en pánico. Ahora que no había reina, nada pararía a las fuerzas del mal. Pensando rápido, me adelanté a los demás y alcé la voz.
-¡Ciudadanos!-todos callaron y volvieron la cabeza hacia mí-Me llamo Alicia, era amiga de la Reina, y cuidadora de su hija. Y debo comunicarles lo que ella me contó que os dijera si a ella le pasaba algo y os quedábais sin Rey.-hice una pausa y respiré hondo- En su ausencia, mi hermano Robin-lo señalé, lo miré y él me siguió el juego adelantándose- y su prometida Elizabeth-la señalo a ella y me sigue el juego también, aunque todos mis amigos me lanzan una mirada de sorpresa cuando dije prometida, y ellos dos una mirada asesina, y se adelanta- sean provisionalmente los Reyes hasta que ella pueda retomar sus cargos.-La gente vitoréa y nos mira aliviados, pero alguien grita:
-¿Y que pasará con la Reina?
-Nuestros héroes-digo señalando a Alexander y a Irina, que igual que los demás me siguen el juego, se adelantan- irán al rescate de nuestra Reina, y juntos derrotarán al que se proclamaba años atrás Rey Galván.
La gente prorrumpió en vítores, contenta, y yo suspiré aliviada. Pero sigo hablando para poder librarnos de ellos.
-Ciudadanos-vuelvo a alzar la voz-El rey Robin y la Reina Elizabeth se retirarán con los héroes para planearlo todo, por favor, seguid con vuestras rutinas habituales con normalidad.
Todos entramos de nuevo en el salón del trono y cerramos la puerta.
-¡¿Por que dijiste que estamos prometidos?!- gritaron al unísono sonrojados Robin y Lili una vez se escuchó a los ciudadanos irse.
-Para librarnos de esa masa de gente desesperada, a la gente les gustan estas cosas-les digo con Daira aún en brazos. Había estado calladita todo este rato, pero empezó a llorar, ya era casi de noche y tendría hambre.-Oíd, ahora tengo que ocuparme de Daira, vosotros id a las habitaciones de arriba y descansad, mañana tenéis que planear como salvar a Rhina.
Me doy la vuelta y camino hacia la habitación de Daira, en la segunda planta, para darle un baño y darle de comer, ahora que su madre no está. Llego a la habitación y le doy un baño en el baño de la habitación, y cuando ya seca y vestida de nuevo, entro en la habitación y la acuesto en la cuna, para ir a prepararle la leche, dándole la espalda a la ventana de la habitación, cuando de repente se escucha un ruido extraño y me doy la vuelta justo en el momento en el que entra por la ventana abierta un chico de mi edad, con el pelo negro y los ojos de color ámbar.


Irina

Wow. Nunca había visto a Alicia así, y a juzgar por las caras de sus hermanos, ellos tampoco. Ahora Robin y Lili eran los reyes, y Alex y yo… sus héroes.
-Alicia tiene razón-les digo-deberíamos dormir, dentro de poco anochecerá, no tiene sentido salir ahora ni planear nada.
Los chicos y Elizabeth me dan la razón y vamos a la tercera planta, donde están las habitaciones de invitados. Alex y yo vamos a una y Robin y Elizabeth a dos habitaciones separadas. Cuando entramos Alex dice burlón:
-Deberíamos darles unos billetes para el tren que nos trajo al castillo
-Sí-digo riéndome.
Esa noche dormimos tranquilos, pero por la mañana estaba todo revuelto. Cuando llegamos bostezando a la cocina, ya estaban todos allí, y cuando llegamos, Alicia estaba muy nerviosa y se fue corriendo de la cocina con su desayuno.
-¿Qué le pasa?-le pregunto a Robin.
-Ni idea-responde. Alex y yo nos ponemos un par de tostadas y desayunamos con Robin y Lili en silencio después de eso.
Tras el desayuno, planeamos la ruta más corta hasta La Montaña de la Niebla Perpetua, que tenía ese nombre porque siempre tenía nubes en uno de sus laterales. Después fuimos a la sala de armas. Yo cogí un par de cuchillos arrojadizos que Rhina me enseñó a usar y un arco con el carcaj, Alex cogió dos espadas, una lanza y otro arco. Subimos de nuevo, y preparamos las mochilas con comida, agua, y demás. En todo ese tiempo, Alicia estuvo con Daira en su habitación, y solo bajó al almuerzo. Habíamos decidido que saldríamos al amanecer. Ese almuerzo hizo exactamente lo mismo, llegó, comió, se puso más comida en el plato, y subió de nuevo.
-Que rara está, ¿no?-le digo a sus hermanos. Ellos se encogen de hombros y seguimos comiendo. Esa tarde estuvimos practicando con las armas y afilamos las armas con hoja y las puntas de flecha. Luego les hice a todas un conjuro para que fueran indestructibles.

A la mañana siguiente, como a las tres de la madrugada, salimos del castillo en dirección a la montaña que albergaba a nuestra Reina.


Alicia

Intenté gritar, pero el chico se tocó los labios con un dedo y este se iluminó con un color ámbar y no pude decir nada. Me puse delante de la cuna de Daira mientras el bajaba de el alfeizar de la ventana.
-Tranquila, no voy ha haceros daño, solo necesito hablar contigo, no creo que los demás me crean-hace una pausa y me mira. De repente puedo volver a hablar, pero no grito. Cojo en brazos a Daira, me siento en el suelo y le miro.
-Vale-le digo-habla.
El se sienta también y empieza a hablar.
-Primero de todo te diré que pienso quedarme aquí durante un tiempo, y me gustaría que fuera un secreto, porque oficialmente, para el resto del mundo, yo estoy muerto. Soy el hermano de Rhina, me llamo Urian. Todos piensan que estoy muerto, menos mi hermana, pero yo solo quería desaparecer, y antes de que lo hiciera, mi hermana me dijo, que si alguna vez le pasaba algo, viniera y cuidara de Daira, que no dejara que le hicieran daño, y se que tú tampoco, por eso te lo digo a tí, y no a los demás-proceso la información. Si que es verdad, que justo después del nacimiento de la hija de Rhina, su hermano murió. Aunque siendo un mago, bien podría haber desaparecido. Decidí creerle.
-Vale, te creo-digo aún un poco recelosa. El pone cara de alivio.
-Gracias-dice suspirando.

El resto del día lo paso nerviosa. Intentando que no descubran a Urian, y llevándole comida en la cena, donde me pongo muy nerviosa. Había planeado dormir en la habitación de Daira, pero he dejado eso al cargo de Urian. No se porque, pero confío en él. Yo dormí en mi cuarto, y a la mañana siguiente, aún nerviosa, le llevé también el desayuno. No hablé más con él. Le estuve trayendo las comidas, y la mañana siguiente, cogí a Daira y fuimos a despedir a Irina y a Alex, que iban a iniciar su viaje. Y yo volví a la habitación de Daira, con Uria.


Irina

El viaje no fue nada sencillo. Todos los días luchábamos contra algún enviado de Galvan, o con simples ladrones. Pues aún con los intentos de Robin y Lili de proteger al reino de estos mientras Rhina no estaba, si es verdad que había aumentado la criminalidad en “El País”. Aún así, llegamos en el tiempo previsto a la falda de la montaña. Habíamos tardado dos meses, y en esos dos meses, Galvan no había hecho ningún movimiento. Había rezado todos los días que Rhina aguantara. Empezamos a escalar la montaña, y la cantidad de vasallos de Galvan aumentó increíblemente. Ahora estábamos rodeados por casi un ejército. Sin embargo, su poder no era nada contra el mío. Finalmente, llegamos a la entrada de la cueva, al fondo, Galvan estaba sentado en un trono de piedra, y a su lado, en una jaula de hierro encantado, estaba Rhina.
-¡Irina!¡Alexander!-grito agarrando los barrotes, que chisporrotearon y le quemaron las palmas de las manos.
-¡Rhina!-grito yo.
Galvan se levanta.
-Bien, ¿tenéis la piedra?-pregunta.
-¡¿Qué piedra ni que mierdas?!-le pregunto gritando yo. No entendía a que COÑO venía eso ahora.
-Oh-dice levantando ambas cejas-así que no sabéis de que hablo. Bien, pues, no me hacéis falta.
De repente, alguien no agarro a los dos por detrás, eran dos enormes tíos, deformes, y muy fuertes, además, por lo que deducí, eran trolls, los trolls, eran inmunes a la magia, por lo que estábamos bieeeen jodidos. Galvan levanta entonces su mano abierta parsimoniosamente, y empieza a formarse en su mano una bola enorme de energía roja. Y en nada, la lanzó contra nosotros.


Alicia

Habían pasado ya dos meses bien largos. Y calculaba que Irina y Alex, ya habrían llegado a la montaña. En esos dos meses, intentaron atacar a Daira montones de veces, algunas con ejércitos, que rechazaban los ejércitos de los reyes, y otras veces en solitario, pero siempre fueron rechazados por Urian. Él cada vez me caía mejor. Además, también le caía bien a Daira, y eso me gustaba. Nos protegió montones de veces. Robin y Lili no se habían enterado de nada, pues estaban demasiado ocupados calmando a la gente, para que no se produjeran revueltas, que pudieran acabar en una rebelión. Además, por fin, habían empezado a salir juntos. Cosa que todo el mundo sabía que llegaría en algún momento, y ahora el pueblo les reclamaba una boda, pero ninguno de los dos, quería casarse tan pronto.Ahora, Urian y yo, estábamos sentados, el uno junto al otro en el suelo de la habitación de Daira, apoyados en la pared, viendo dormir a la pequeña. Urian acababa de matar a un monstruo horrendo, y estaba muy cansado. Finalmente, se durmió sobre mi hombro, y yo acabé por dormirme también.

<<Estaba en la habitación de Daira. Pero esta estaba vacía. Me acerco a una de las paredes y me fijo en una grieta en la pared. Es totalmente recta. No es una grieta. Meto los dedos en la rendija y tiro hacia fuera, pero no pasa nada. Entonces me viene a la mente cómo debo abrirla. Aprieto suavemente la parte de la pared que hay justo al lado de la rendija, y cuando aparto las manos, una puertecita se abre, dejando ver una caja de madera pequeña, con una imagen de un rubí enorme en la tapa. Saco la cajita y la dejo fuera. Intento abrirla, pero está cerrada con llave. Cierro de nuevo el compartimento y me dirijo a la cuna de Daira, cuando llego, aparto la cuna y veo otra rendija, más pequeña, así que hago lo mismo que con la anterior. Dentro, hay un collar con una llave colgando. Cojo la llave y me dirijo a abrir la cajita…>>

Me despierto de repente. No tenía ni idea de por qué había soñado eso. Finalmente, dejé el asunto a un lado, pues Urian, que aún dormía apoyado en mi hombro, se estaba despertando. Cuando se despierta, se endereza y se despereza.
-Que sueño-dice mientras apoya la cabeza en la pared y cierra los ojos-me hubiera gustado seguir soñando.
-¿Qué estabas soñando?-le pregunto curiosa, por si había soñado lo mismo que yo. Me miró con una sonrisa malvada.
-Esto-dice. De repente se gira y me besa en la boca. Para mi sorpresa, yo le correspondo al beso y pongo mis manos en la parte trasera de su cuello, atrayéndolo más a mi. El se pone delante mía y apoya una mano en la pared mientras la otra la tiene apoyada en mi mejilla. De repente, aparta la mano que tiene apoyada en la pared y la pone en mi hombro mientras tira de mi hacia atrás y me pone encima de él mientras me besa las comisuras de la boca. De repente, escuchamos un sonido de bisagras y nos separamos, miramos hacia el ruido. En la pared, se había abierto una puertecita… como la de mi sueño.
-¡Es como en mi sueño!-grito. Me levanto corriendo y Urian me sigue.
-¿Soñaste que se abría ese compartimento?-dice.
-¡Sí!-le respondo emocionada. Miro dentro y veo la caja. En cuanto la saco, a Urian se le abren mucho los ojos y me quita la caja de las manos.
-Es.. Es.. Es la caja donde se encuentra la piedra filosofal-dice casi en un susurro.
-¿Qué es la piedra filo… fiso… filoso… fal?-pregunto intrigada.
-Es una piedra que le da un poder infinito al mago que la porte-dice emocionado-Tenemos que encontrar la llave y llevarsela a tus amigos, los que van a rescatar a mi hermana.
-Yo se donde está la llave-le digo-también salía en mi sueño.
-Eres increible-dice mientras se agacha y me besa. Yo voy hacia la cuna de Daira y aparto la cuna con cuidado de que ella no se despierte, y aunque no se ve la rendija, como en mi sueño, toco el suelo en la parte que me pareció que debía de estar, en seguida la puertecita se abrió, yo cogí la llave y se la entregué a Urian. Él la introdujo en la cerradura y la cajita se abrió. Dentro, había una piedra roja, enorme, parecida a un rubí. Que Urian cogió con cuidado con una mano.
-Increible.dice con los ojos muy abiertos-Ya se nota su poder. Debemos ir con tus amigos, pero ya. Tengo dos billetes para el tren de las hadas, de sobra. Iré en el tren y llegaré muy cerca de la falda de la montaña en nada, unos dos días, le entregaré la piedra a tu amiga y salvaremos a Rhina.
-¡¿Cómo que “irás”?-le pregunto enfadada-Yo voy contigo.
-No, que pasa entonces con Daira
-Se viene con nosotros, estamos más seguras contigo
-Eso no…-se oyen revueltas en la calle-Vale, nos vamos ya, coje las cosas que necesites de Daira.
Pronto cogí un saco y puse un par de provisiones y ropa de abrigo.
-Yap-le digo mientras cojo en brazos a Daira. El suspira, y vuelve a besarme.
-Vamos a abajo, lo mejor será que tus amigos sepan que te vas, por cierto, ponte esto-dice mientras me entrega una capa. El se pone su capa y se echa la capucha, por lo que ya no se le ve la cara. Yo me pongo la mía, pero no me subo la capucha.
-Buena idea-le digo sonriente-así, cuando vayamos hasta la parada no me reconocerán.
Urian me coje de la mano y bajamos hasta la sala del trono. Allí, Robin y Lili nos miran con cara rara.
-Tengo que irme-les digo.-Volveré en seguida.
-EH, EH, EH-dice robin levantando una mano-¿A dónde vas?¿Y quien es ese?-nos mira más detenidamente-¿¡Y por que le das la mano!?
-Simplemente tengo que irme, cuando vuelva te responderé a tus preguntas, ahora tenemos prisa-le digo seria.
Nos damos la vuelta y empezamos a caminar para salir, Urian me levanta la capucha y me tapa la cara.
-¡ESPERA!-grita Robin corriendo hacia mi-¡Alicia!¿Qué…
Urian no le deja terminar de hablar, por que nos teletransporta a un callejón de la ciudad.
-Vamos-dice serio. Caminamos juntos un buen rato, hasta que llegamos a la parada, en la parada no había ni un alma, clara señal de lo caras que eran los billetes. Finalmente el tren llega y ponemos los billetes en la ventana. La puerta se abre y entramos.
-Vamos, vayamos rápido a una de las habitaciones. Si nos quedamos aquí, las hadas nos ofrecerán dulces con su alcohol, y no es muy agradable-dice tirando de mi hasta el vagón de las habitación, entramos en una y dejo a Daira en la cama de abajo.
-Deberías dormir-me dice Urian. Será un viaje largo, y ya falta poco para que caiga la noche.
-Vale-digo mientras me quito la capa. Paso por encima de Daira y me acuesto a su lado-Tú también deberías dormir, tienes que coger fuerzas, para cuando lleguemos.-El mira a un lado, suspira, se quita la capa y se acuesta al otro lado de Daira, que ya se había vuelto a dormir. Me sonríe.
-Tienes razón-dice mientras cierra los ojos. Se duerme enseguida, y yo hago lo mismo.

Despierto con risas. Abro los ojos y veo a Urian, con Daira en brazos, dándole de comer. O al menos intentándolo. Se estaban manchando los dos, y Daira no paraba de reir. Me quedo un poco más en la cama, mirándolos, hasta que por fin me levanto y me miran los dos.
-Dame-le digo-Dándole tú de comer no va a terminar hasta mañana.-digo riendo-Además, os estais manchando todos.
Urian me entrega a Daira y el cuenco de papilla que le estaba dando, y yo le dí de comer. Estuvimos tranquilos en el vagón todo el viaje, que duró dos días. Llegamos a nuestro destino al día siguiente, y empezamos a caminar lo más rápido posible hacia la montaña, que estaba a unos cinco kilómetros. Cuando llegamos, subimos rápidamente la montaña, y tras superar a algunos esbirros de Galvan, los vemos. Galvan, levantado, lanzando una bola de energía roja enorme, dos trolls agarrando a Irina y a Alex, y Rhina, a un lado de un trono de piedra, en una jaula metálica de la que salía un resplandor rojo. Urian soltó mi mano, y se lanzo con la piedra justo delante de Irina y Alexander.
-¡Urian!-grito.


Irina

La bola estaba a punto de impactar contra nosotros, cuando un chico se tiró delante y paró la bola de energía con un escudo de energía color ámbar, que nacía de una piedra roja… ¡La piedra filosofal! Rhina me había hablado de ella, estaba segura de que era a lo que se refería Galvan. Y ese chico la tenía. Creo un bastón enorme con magia, y golpeó a los trolls, la piedra era tan poderosa, que la magia también afectaba a los trolls. Ellos nos soltaron y él me miró decidido. Debíamos acabar con esto rápido, y aunque odiaba matar, si no lo hacíamos moriríamos todos. Y antes de que galvan pudiera reaccionar siquiera, juntamos nuestras manos alrededor de la piedra y lanzamos una bola enorme de un fuego ámbar y violeta, que alcanza a Galvan y lo convierte al segundo en cenizas. Nos separamos, y se hace un silencio sepulcral hasta que oigo la voz de Alicia.
-¡Rhina!-grita. Me giro hacia la voz y la veo corriendo con Daira en brazos y abalanzándose hasta Rhina, que ahora que el poder de Galvan había desaparecido de la jaula, había podido salir sin problemas. Rhina la abrazó y luego cogió en brazos a Daira.
-¿Mi mensaje consiguió llegar?-preguntó Rhina a el chico.
-Sip, pero le llegó a Alicia-dice acercándose a ella y levantándola por los aires. De repente la baja, y se besan. Nos quedamos flipados.
-Creo que tenéis muchas cosas que contar-le digo a Alicia.
-----------------

Y eso es todo por ahora!! Espero que os haya gustado!

Beshus y hasta pronto!!

Comentarios

Entradas populares de este blog

[Storyteller] Dante

¡Panini Manga licencia el "yuri verde"! La esperada llegada de "El chico que me gusta no es un chico"

Atelier of Witch Hat: ¿manga u obra de arte? Reseñando los vol. 1-10